Sofi se enterraba dentro de mi pantalón pasaron frente mis ojos mil imágenes, pensaba en todo lo que había pasado durante la semana, y Sofía seguía peteando bajo el volante de mi auto como una loca.
Alrededor del jueves 11 de diciembre, bien temprano había llegado mi vieja, Elvira ya se había ido cuando me desperté y la encontré desayunando en la cocina. No hablamos mucho, se limitó a preguntarme lo justo. Esa tarde vendrían las amigas a tomar el Té, a enterarse de las novedades y de su viaje, y como sabe que no me las banco me previno.
Me vestí y salí por las calles del barrio, deshabitadas como de costumbre el silencio solo se rompía de vez en cuando con el ruido del motor de alguna camioneta u auto. Germán me había dicho el miércoles que viajaba a su campo. Mande un mensaje a Juani, un conocido de rugby que vive en el mismo barrio, me dijo que no había dramas si pasaba por su casa. Odio caminar por el barrio, me siento asfixiarme entre los jardines cuidados, las casas idénticas y el perímetro que nos aísla del mundo.
Juani es un chico normal, no es muy lindo pero tiene levante, es morocho, grandote y resalta su sonrisa. Es buena onda, no lo considero amigo pero me entretengo con el. Apenas llegue a su casa me hizo pasar, me dijo que se habían quedado a dormir algunos chicos la noche anterior y otros recién habían llegado y para mi sorpresa entre ellos estaba Fer. Me sorprendió encontrar a Fer entre los chicos, no me imaginaba que era conocido de Juani. Estaban todos jugando con una pelota en el jardín, algunos sin remera, otros tirados en el pasto recién cortado. Fer se acercó a saludarme, de pronto comenzó a oscurecer y estaba enredado entre las sabanas de su cuarto, Lo había llevado a su casa y yo sin una gota de ingenuidad me había entregado a la situación.
Apenas pasamos la puerta de su casa me dijo que había quedado algo pendiente aquel día que lo habíamos visitado con Ger, y me tire sobre el sillón del living, se arrodillo y empezó a comerme la pija, con mis manos le marcaba el ritmo, y así como mas tarde orquestaría a Sofi, con mis ojos cerrados empujaba la cabeza hasta atragantarlo. Después casi de la mano me llevo hasta su cuarto, me dijo que todos esos días se había acordado de mi, y abrió una cajita donde entre los forros estaba el boxer que había perdido aquel día confuso de excesos. Abrió el envoltorio y me lo puso con concentración única, me dijo susurrando, quiero que me la pongas a toda.
Mientras Fer gemía de placer yo envidiaba esa sensación, no se porque pero no quería o no podía pedirle a él que me coja. Quizás Fer era demasiado pasivo, o lo sentía como un simple reemplazo de Ger. Mi deseo mas profundo es que Ger me llene con su pija.
Cuando terminé Fer seguía caliente, casi sentía que suplicaba por que me quede con el, pero me sentí un asco, no podía estar con ese flaco ahí. Entonces me vestí, y cuando me di cuenta Sofi había movido cielo y tierra porque no había contestado mi celular. 7 llamadas pérdidas de ella y varias mas de amigos y familiares. De vuelta sentía que Sofi me trataba como si fuese su hijo. Ahí me acorde que esa noche se juntaban en lo de Flor P.
Alrededor del jueves 11 de diciembre, bien temprano había llegado mi vieja, Elvira ya se había ido cuando me desperté y la encontré desayunando en la cocina. No hablamos mucho, se limitó a preguntarme lo justo. Esa tarde vendrían las amigas a tomar el Té, a enterarse de las novedades y de su viaje, y como sabe que no me las banco me previno.
Me vestí y salí por las calles del barrio, deshabitadas como de costumbre el silencio solo se rompía de vez en cuando con el ruido del motor de alguna camioneta u auto. Germán me había dicho el miércoles que viajaba a su campo. Mande un mensaje a Juani, un conocido de rugby que vive en el mismo barrio, me dijo que no había dramas si pasaba por su casa. Odio caminar por el barrio, me siento asfixiarme entre los jardines cuidados, las casas idénticas y el perímetro que nos aísla del mundo.
Juani es un chico normal, no es muy lindo pero tiene levante, es morocho, grandote y resalta su sonrisa. Es buena onda, no lo considero amigo pero me entretengo con el. Apenas llegue a su casa me hizo pasar, me dijo que se habían quedado a dormir algunos chicos la noche anterior y otros recién habían llegado y para mi sorpresa entre ellos estaba Fer. Me sorprendió encontrar a Fer entre los chicos, no me imaginaba que era conocido de Juani. Estaban todos jugando con una pelota en el jardín, algunos sin remera, otros tirados en el pasto recién cortado. Fer se acercó a saludarme, de pronto comenzó a oscurecer y estaba enredado entre las sabanas de su cuarto, Lo había llevado a su casa y yo sin una gota de ingenuidad me había entregado a la situación.
Apenas pasamos la puerta de su casa me dijo que había quedado algo pendiente aquel día que lo habíamos visitado con Ger, y me tire sobre el sillón del living, se arrodillo y empezó a comerme la pija, con mis manos le marcaba el ritmo, y así como mas tarde orquestaría a Sofi, con mis ojos cerrados empujaba la cabeza hasta atragantarlo. Después casi de la mano me llevo hasta su cuarto, me dijo que todos esos días se había acordado de mi, y abrió una cajita donde entre los forros estaba el boxer que había perdido aquel día confuso de excesos. Abrió el envoltorio y me lo puso con concentración única, me dijo susurrando, quiero que me la pongas a toda.
Mientras Fer gemía de placer yo envidiaba esa sensación, no se porque pero no quería o no podía pedirle a él que me coja. Quizás Fer era demasiado pasivo, o lo sentía como un simple reemplazo de Ger. Mi deseo mas profundo es que Ger me llene con su pija.
Cuando terminé Fer seguía caliente, casi sentía que suplicaba por que me quede con el, pero me sentí un asco, no podía estar con ese flaco ahí. Entonces me vestí, y cuando me di cuenta Sofi había movido cielo y tierra porque no había contestado mi celular. 7 llamadas pérdidas de ella y varias mas de amigos y familiares. De vuelta sentía que Sofi me trataba como si fuese su hijo. Ahí me acorde que esa noche se juntaban en lo de Flor P.
En realidad era una excusa para bancarla por lo del primo, Sofi seguía mal.
Mientras recorría la casa hacia la entrada, Fer no había alcanzado a vestirse y seguía mis pasos tratando de convencerme, cuando me subí al auto veía como mitad de su cuerpo se asomaba por el marco de la puerta, parecía más flaco que la primera vez que lo vi, más triste. Le agradecí, le pedí perdón y me aleje con mi auto por las calles del barrio. Llegue tarde y Sofi estaba con un ataque de nervios, bien vestida, mas pintada que de costumbre empezó a gritarme. Reproches y más reproches, y a mitad de camino clave los frenos. Seguía gritando cosas que no escuchaba ya. Nunca lloro, pocas veces lo hago a escondidas, pero esta vez las sensaciones me superaron, se me hincharon los ojos como sapos, y de repente silencio.
Llegamos tarde a la fiesta, había acabado en su boca y ella había escupido sobre mi pantalón. Estaba tan enojado que la deje, salude y me fui. Algunos se preocuparon y mandaron mensajes preguntando si algo había pasado.
A día siguiente, Sofi estaba con una culpa que la hacía decir cualquier cantidad de estupideces, no paraba de hablar de lo que está mal y lo que está bien, que el padre Gabriel le había dicho que el noviazgo era para otra cosa y ella ahora se sentía las más puta de todas por haberme hecho un pete, que no fue gran cosa tampoco, pero yo no podía decirle eso, no podía decirle mucho. Tampoco podía decirle quien era realmente ese cura, un hijo Puta en letras mayúsculas, del que sospecho que también debe ser gay, ya que varias veces lo vi clavándome la mirada a mí y Ger cuando éramos más chicos. Ger tuvo un rapto de espiritualidad en algún momento y no dejaba de ayudar al cura haciendo de monaguillo, a mi como nunca me gustó ese circo lo esquivaba, pero no dejaba de ver la mirada del “hombre de Dios”.
Ger nunca quiso hablar mucho sobre el tema, pero una vez tardó bastante en salir de la capilla, el Padre le daba charla y le metía mano y eso que teníamos quince. Hace un tiempo tuvo un quilombo, pero como todo hijo de puta anda suelto y sigue haciendo de las suyas.
Ahora le metía en la cabeza a Sofi, que era mejor dejar de verme, al parecer yo era un pervertido, pero como dice el dicho, “el ladrón cree que todos son de su condición”. Por eso Sofi se fue al sur, de vacaciones con su familia sintiéndose la peor de todas y de algún modo echándome ciertas culpas, cuando se le pase un poco volveremos a hablar, supongo.
Yo por mi parte me fui a Punta con la familia de Ger, pasamos año nuevo ahí, una casa bastante grande y como sabían que mi viejo estaba ahí por asuntos de trabajo, pasamos todos juntos el año nuevo con la familia de Ger y un primo del viejo y sus cuatro hijos de edades escalonadas de 1 a 4 años. No fue tan terrible como lo fue la navidad. Al menos porque esa noche salimos con ger y nos cagamos mucho de risa y el primero almorcé con mi viejo en el hotel donde está parando.
Mientras recorría la casa hacia la entrada, Fer no había alcanzado a vestirse y seguía mis pasos tratando de convencerme, cuando me subí al auto veía como mitad de su cuerpo se asomaba por el marco de la puerta, parecía más flaco que la primera vez que lo vi, más triste. Le agradecí, le pedí perdón y me aleje con mi auto por las calles del barrio. Llegue tarde y Sofi estaba con un ataque de nervios, bien vestida, mas pintada que de costumbre empezó a gritarme. Reproches y más reproches, y a mitad de camino clave los frenos. Seguía gritando cosas que no escuchaba ya. Nunca lloro, pocas veces lo hago a escondidas, pero esta vez las sensaciones me superaron, se me hincharon los ojos como sapos, y de repente silencio.
Llegamos tarde a la fiesta, había acabado en su boca y ella había escupido sobre mi pantalón. Estaba tan enojado que la deje, salude y me fui. Algunos se preocuparon y mandaron mensajes preguntando si algo había pasado.
A día siguiente, Sofi estaba con una culpa que la hacía decir cualquier cantidad de estupideces, no paraba de hablar de lo que está mal y lo que está bien, que el padre Gabriel le había dicho que el noviazgo era para otra cosa y ella ahora se sentía las más puta de todas por haberme hecho un pete, que no fue gran cosa tampoco, pero yo no podía decirle eso, no podía decirle mucho. Tampoco podía decirle quien era realmente ese cura, un hijo Puta en letras mayúsculas, del que sospecho que también debe ser gay, ya que varias veces lo vi clavándome la mirada a mí y Ger cuando éramos más chicos. Ger tuvo un rapto de espiritualidad en algún momento y no dejaba de ayudar al cura haciendo de monaguillo, a mi como nunca me gustó ese circo lo esquivaba, pero no dejaba de ver la mirada del “hombre de Dios”.
Ger nunca quiso hablar mucho sobre el tema, pero una vez tardó bastante en salir de la capilla, el Padre le daba charla y le metía mano y eso que teníamos quince. Hace un tiempo tuvo un quilombo, pero como todo hijo de puta anda suelto y sigue haciendo de las suyas.
Ahora le metía en la cabeza a Sofi, que era mejor dejar de verme, al parecer yo era un pervertido, pero como dice el dicho, “el ladrón cree que todos son de su condición”. Por eso Sofi se fue al sur, de vacaciones con su familia sintiéndose la peor de todas y de algún modo echándome ciertas culpas, cuando se le pase un poco volveremos a hablar, supongo.
Yo por mi parte me fui a Punta con la familia de Ger, pasamos año nuevo ahí, una casa bastante grande y como sabían que mi viejo estaba ahí por asuntos de trabajo, pasamos todos juntos el año nuevo con la familia de Ger y un primo del viejo y sus cuatro hijos de edades escalonadas de 1 a 4 años. No fue tan terrible como lo fue la navidad. Al menos porque esa noche salimos con ger y nos cagamos mucho de risa y el primero almorcé con mi viejo en el hotel donde está parando.
1 comentario:
Bueno tu cto, dale Fran, volve a postear, la verdad te noto algo o sea bastante triste o como q tdo es nada, cuidate dale.
Abrazzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzo
Bs As
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